Y por culpa de Marieta, que me gusta todo lo que hace, también he estado haciendo mis pinitos con el ganchillo.
Y mi hija también, aprende con facilidad y el punto se le da mejor que a mí.
Una diadema para mi María.
Que cara de sufrimiento de mi Miriam al probar su conjunto de invierno.
Con otro gorrito y otra bufanda, que salió tan grande que le queda mejor a mi cuñada.
El ejemplo de lo bien que se le da el ganchillo a mi hija.
Y también un gorro para mi hija, como no.
Preciosa como siempre.
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